Add parallel Print Page Options

Pero lo reprendiste,
y el mar se retiró;
al oír tu voz de trueno,
el mar se dio a la fuga.

Las aguas subieron a los cerros,
y bajaron a los valles,
hasta llegar al lugar
que les habías señalado.
Tú les pusiste límites
que jamás deben rebasar,
para que nunca más vuelvan
a inundar la tierra.

Read full chapter